Mermelada de zanahoria

Durante cientos de años se han utilizado el azúcar, la sal, el secado o el ahumado, entre otros métodos, con el objetivo de alargar la vida útil de los alimentos. La abundancia de una temporada abarcaba apenas unos meses –ahora puede alargarse bastante– y la manera de dosificarla para el resto del año era reducir el contenido en agua de los alimentos, cambiar su pH y aislarlos del oxígeno.

Si se piensa en conservar una zanahoria, las primeras ideas que vienen a la mente suelen ser la acidificación a través del encurtido o la fermentación, y también el confitado; una opción más que deliciosa si se prepara con ajos, salvia y cebolla. Sin embargo, rara vez se nos ocurriría la opción de convertirla en mermelada. Aunque contiene menos agua que una fruta, tiene también mucho dulzor y un sabor que combina muy bien con ingredientes normalmente asociados a lo dulce, como la canela, la miel o el cardamomo. Por eso, una vez confitada en azúcar, agua y algunos aromáticos, se convierte en una acompañante perfecta de bizcochos, cremas y galletas, así como quesos, patés, embutidos o carnes.

El procedimiento para elaborarla es el mismo que el de una mermelada de fruta, solo que añadiendo algo más de agua para que la zanahoria se cocine en un jarabe poco a poco –como si se confitar–. Pueden añadirse además algunos elementos que le aporten aroma y complejidad, como cítricos, especias o hierbas aromáticas. En esta receta se le añade naranja y limón, cardamomo y otras especias que hacen que recuerde un poco a los sabores de la tarta de zanahoria, pero también quedaría genial con simplemente una rama de canela, con unas estrellas de anís y un chorro de Pedro Ximenez o con unas hojas de salvia.

Tiempo: 75 minutos

Dificultad: La misma que tiene cualquier otra mermelada

Ingredientes

  • 500 g de zanahorias
  • 1 naranja
  • 1 limón
  • 5 vainas de cardamomo
  • ½ cucharadita de nuez moscada
  • ½ cucharadita de canela
  • ½ cucharadita de jengibre
  • 200 ml de agua
  • 200 g de azúcar
  • Sal

Instrucciones

1. Pelar y pesar las zanahorias. Rallar y mezclar con el azúcar en un cuenco. Dejar reposar en la nevera durante mínimo cinco horas. 

2. Incorporar a un cazo la zanahoria rallada con el azúcar y todo el líquido que haya en el cuenco, el agua, el zumo de la naranja y una pizca de sal. Cortar dos tiras de la piel del limón y de la naranja, sin la parte blanca, y añadirlas al cazo. 

3. Cocinar a fuego bajo durante media hora, removiendo de vez en cuando para que no se queme. Añadir más agua poco a poco si se evapora por completo.

4. Añadir las vainas de cardamomo aplastadas y las especias. Cocinar durante media hora más. 

5. Añadir dos cucharadas de zumo de limón y retirar del fuego. Sacar los aromáticos y guardar la mermelada en un bote previamente esterilizado. 

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